El cuerpo humano es una unidad funcional. Sus diferentes partes están relacionadas entre sí, por lo que si alguna de ellas no funciona correctamente, afecta al resto del organismo. 

El cuerpo humano es una creación concebida delicadamente. La Osteopatía trata de devolverle el equilibrio y la movilidad a esta unidad funcional para que funcione bien globalmente.

La estructura del cuerpo humano es la disposición y el orden de las partes dentro de un todo. La función es la actividad propia o específica de cada sistema o estructura.

Cualquier alteración de la estructura afecta a su funcionamiento. De igual modo cualquier disfunción de una parte afecta a toda la estructura. La Osteopatía busca restablecer el equilibrio global entre estructura y función.

El ser humano tiene la capacidad de mantener el equilibrio, de autorregularse constantemente para adaptarse a las cicunstancias cambiantes.

Esta función de ajuste constante del organismo sucede en todos los sistemas: cardiovascular, endocrino, respiratorio, digestivo, músculo-esquelético, inmunitario, etc. que conjuntamente buscan mantener un equilibrio global. 

La circulación de los fluidos en el organismo es fundamental para la Salud, lo que implica la circulación arterial, venosa, linfática, del líquido cefalorraquídeo, sinovial y nerviosa. 

En ocasiones esta circulación se ve afectada, creando una alteración en los tejidos y haciéndolos favorables a la disfunción. La Osteopatía busca favorecer la libre circulación de todos los fluidos por el organismo para que este mantenga su equilibrio.

Cada célula del organismo se mueve y respira. Dado que los tejidos están formados por células, podemos decir que todo nuestro cuerpo se mueve y respira.

Cuanto más amplios y armoniosos sean el movimiento y la respiración del organismo, mayor ser su capacidad para gozar de Salud. La vida es movimiento así como el movimiento es vida.